Bueno, como os dije al principio del programa, estamos viendo ideas muy creativas en cuanto a las energías alternativas.
Y nuestro próximo invitado ha desarrollado una energía alternativa, pero con un enfoque muy diferente. Autostem Technology es una empresa sudafricana que ha desarrollado una innovadora nueva tecnología de voladura. Hemos invitado a Jonathan Cohen. Es el director de comercialización de productos de Autostem Technology, con 11 años de experiencia en el sector de explosivos. Encabezó el equipo que desarrolló la tecnología Autostem, la única tecnología explosiva disponible hoy en día en todos los continentes.
Jonathan, ven conmigo. Jonathan, bienvenido a Global Trends.
Gracias, Saana.
A ti siempre. Bueno, vamos al lío. ¿Por qué necesitamos una mejor tecnología de voladura?
Buena pregunta. Los explosivos tradicionales llevan 100 años siendo los mismos. Un explosivo civil tradicional tiene un material que arde superrápido, hasta 7000 metros por segundo. Pero la velocidad del sonido es de solo 340 metros por segundo. En cuanto ese frente de llamas empieza a moverse a tal velocidad, ocurre una onda sísmica.
¿Como la explosión sónica de un avión?
Tú lo has dicho.
Vale.
Si a un material muy compacto, como la roca, se lo somete a una onda sísmica, se produce un fenómeno de rotura. Es cierto que la roca se parte, pero esa onda sísmica es incontrolable. Alrededor de la explosión encontramos una cantidad desproporcionada de daños. Así que nos hicimos esta pregunta: "¿Podemos desarrollar un explosivo que funcione sin ondas sísmicas?". Así solo se producirían daños a pequeña escala, justo donde se quiera.
Para algunas personas, Jonathan, podría parecer algo imposible de lograr.
Esa onda sísmica es la consecuencia normal de una explosión. Bueno, intentamos desvincular esas dos variables, que parecen estar vinculadas de por sí: la velocidad de detonación, o rapidez de detonación, y la efectividad del producto.
Vale.
Desvinculando estas variables, desarrollamos algo especial: un producto que se puede usar en operaciones civiles, minería, construcción y demás, sin las consecuencias de los explosivos convencionales, como ondas sísmicas y daños no deseados. Si se va a derribar un edificio o a volar una roca, lo que se busca es sacar la roca, pero sin causar daños a otras estructuras de roca cercanas o a los túneles, por ejemplo. En la minería subterránea, esto es clave. Con los explosivos convencionales se pulveriza la mena. Lo habitual es que se pulverice más del 20-30 % de la materia prima, que tiene mucho valor, y eso se pierde en la explosión.
Ya veo. Entonces, ¿la voladura en sí destruye material?
Exactamente. Se sabe y se incluye en los costes de la minería. ¿Qué porcentaje de la materia prima subterránea, ya sea hierro, oro, cobre, platino... se destruye en el proceso de voladura? Si diriges una mina en la que recuperas más del 80 % de la materia prima, es que lo estás haciendo de manera efectiva.
Ya veo. Pero si evitas esa onda sísmica...
...no se produce la pulverización y no destruyes la materia prima que tanto valor tiene.
Vale, pero ¿cómo se hace eso? ¿Cómo se produce una explosión que extraiga la roca sin que haya onda sísmica?
Es una buena pregunta. Con ciencia. Investigamos materiales energéticos no convencionales que tenían una velocidad de combustión rápida. Pero no estoy hablando de 7000 metros por segundo. Estamos hablando más bien de unos 300 metros por segundo.
La diferencia es abismal. ¿Y cómo funciona?
Para usar explosivos se perfora un agujero en la roca. En una mina o cantera a cielo abierto, la altura del banco es de 10 o 20 metros. En una mina subterránea, hay un avance máximo por explosión, posiblemente de unos cinco metros. Se llena el agujero de explosivos convencionales, se ponen detonadores y se explota. Pero con Autostem se perfora un agujero, se inserta el cartucho, una vez que se activa, libera un alto volumen de gas inerte que, encerrado en la roca, crea la alta presión necesaria para romper la roca. Además, los convencionales requieren que un artificiero cierre el agujero con arena o grava antes de iniciar la voladura para limitar la explosión. El cartucho Autostem realiza esa función automáticamente durante su puesta en marcha, de ahí el término "Autostem".
Vale, entonces todo ocurre sin que haya pulverización.
Así es.
Vale, entonces, si lo he entendido bien, haces que la roca se separe, pero lo haces sin esa potencia explosiva bruta que crea la onda sísmica.
Exactamente.
Bien.
Describimos nuestra tecnología como el primer producto de voladura sin detonante. Ni siquiera lo llamamos "explosivo" por las connotaciones que tiene de impacto y desperdicio de energía.
Digamos que vuestro producto no tendría mucho futuro si fuese un petardo.
No tendría futuro si fuese un petardo, no. Pero ahora que lo dices, El sector de los explosivos lo dominan 7 grandes productores, uno en cada continente. No se puede competir. ¿Cómo vas a enviar explosivos de Estados Unidos a Europa, por ejemplo? Nuestro producto, como no produce onda sísmica, se puede exportar incluso en un avión con pasajeros. Por supuesto, fue un proceso agotador conseguir esa categorización de la ONU, pero ahora está al mismo nivel que, por ejemplo, un airbag de coche.
Jonathan, ¿por qué las empresas deberían pasarse a usar vuestra tecnología de voladura y dejar de usar los explosivos convencionales?
Bueno, por cada razón que ofrecemos, hay una ventaja técnica. Es más segura. Nuestro producto no puede detonar. Hay mineros o artificieros que llevan toda su vida manipulando explosivos muy peligrosos. ¿Cuál crees que elegirían ellos? En cuanto al rendimiento, el convencional no tiene el rendimiento que tiene nuestra tecnología de voladura. Y económicamente, no se necesita ningún accesorio extra para activar la detonación ni hay más requisitos para almacenar los explosivos. Por último, los permisos. Se puede tardar meses en que te den la aprobación para mover los explosivos, pero nuestro producto se puede mandar a todo el mundo en 24 horas.
Qué pasada.
Gracias. Actualmente somos la única compañía del mundo que ofrece una tecnología de voladura en todos los continentes. Estamos muy orgullosos. Una de las cosas más satisfactorias es ofrecer una demostración in situ. Con explosivos convencionales se establecería una zona de exclusión de 600 metros, a veces hasta un kilómetro o incluso más. Habría que desalojar al equipo, al personal, y que planificar con antelación. Pero nosotros cogemos una roca enorme, la ponemos frente a un cargador frontal y la rompemos con el cartucho. La roca acabará en el cubo sin dañar el cargador, lo que demuestra lo concentrada y segura que es nuestra voladura.
Entonces, ¿son los explosivos sin detonante el futuro de las voladuras civiles?
Bueno, nosotros pensamos que sí. Tenemos las patentes, por supuesto, pero al final saldrán competidores. Pero en términos de tecnología, de ciencia, dentro de 20 años, sin duda alguna será la tecnología dominante a la hora de hacer voladuras civiles.
¿Y la formación? ¿Vuestros productos los utilizan personas con formación en explosivos?
Sí, aquellos que saben cómo manejar explosivos, cuando pasan a usar nuestra tecnología... Por ejemplo, es como si alguien que se ha formado para conducir un vehículo pesado de 44 toneladas pasa a conducir un Mini; le va a resultar muy fácil. Para el almacenamiento, transporte y uso de explosivos la legislación es diferente en todo el mundo, pero a alguien que sepa usar explosivos le irá bien con nuestro producto.
Qué bien. Volvamos rápidamente al tema anterior. Es decir, la sostenibilidad. ¿Es vuestro producto más eficiente en su función?
Sin duda alguna. En comparación, nuestra tecnología usa, en cuanto a cantidad de material, aproximadamente un 40 % menos que la de los explosivos convencionales para lograr el mismo resultado.
Jonathan, es una tecnología fascinante. Ha despertado el interés del público. Es hora de ponerte a prueba con una pregunta de nuestras redes sociales. ¿Estás listo?
Adelante.
Vale, la pregunta que nos han mandado es: "Desde un punto de vista medioambiental, ¿vuestro producto tiene ventajas?".
Por supuesto. En primer lugar, al no pulverizar la mena aumenta el rendimiento. Es un mejor uso de los recursos. Y el gas que contiene es inerte, no como el de los convencionales. Eso afecta positivamente a la productividad. El personal puede volver antes a la zona minera, y se gasta menos energía en ventilar la mina para eliminar los gases nocivos.
Jonathan, muchas gracias por participar en el programa.